Violines
- editorialciudadgen
- 29 jun 2019
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Resuenan los violines,
la piel se eriza a la vez que los agudos penetran.
En un sillón de tantos yazgo con un vestido de fina seda en un oscuro color.
A compás,
la gente aplaude,
otros se emocionan.
Nadie se entera de nada,
besas mi cuello,
yo me incorporo y abandono la sala con una falsa sonrisa que me coloca una inocente máscara.
Llevaba tanto tiempo esperando.
El auditorio se cae de aplausos,
entro en aquel lugar apartado,
vítores hacia los músicos,
cojo el arma,
más ruido, más alegría.
Con una daga firmo en su cuerpo.
Los violines no han parado de sonar,
yo imito sus movimientos.
¿Y ahora?
La sangre cuela por el lavabo.
Acaba la partitura.
Sonríe,
agarra el vestido,
retocate los labios,
y cuidado
no manches el vestido con esta mierda de sangre.
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Gata negra
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