Ruleta
- editorialciudadgen
- 19 jul 2019
- 1 Min. de lectura
Llevaba despierta desde temprano,
estaba atada de manos,
era difícil saber que estaba pasando.
Estaba al aire libre,
arbustos me rodeaban y abrazaban el camino.
Gritaba bastante, decía que "Por qué", decía que "Qué querían de ella"
Tenía dos opciones:
O salía de allí por su propio pie o se ponía una pistola en el cuello.
Pidió el arma, pesaba, no era excesivamente grande.
Las lágrimas le caían sin darse cuenta, sudaba, le temblaban las manos.
Le quitó el seguro,
la subió hasta su cuello,
colocó las manos sobre la TP-82,
hizo fuerza,
apretó.
Llevaba una bala,
la siguiente a la de su disparo.
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𝐺𝑎𝑡𝑎 𝑛𝑒𝑔𝑟𝑎🍃
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