Pero no soy yo
- editorialciudadgen
- 15 sept 2019
- 2 Min. de lectura
La cerradura falla,
siento el viento rozando mi pelo,
noto mi mano algo morada y pienso que será de la bolsa.
Joder, maldita llave, siempre falla, me repito,
hasta que al fin se abre.
Los jarrones están en el suelo y hay un charco de sangre,
pero no soy yo.
Avanzo, hasta que veo salpicaduras rojas en la pared,
a la derecha veo una puerta cerrada desde la que sobresale una mano pillada,
pero no soy yo.
En el suelo hay trozos de pelo, más sangre, diría que algo de agua, pero no lo sé,
porque no soy yo.
Camino hasta que me encuentro un cuchillo con reflejos oscuros en su hoja,
y miro los escalones,
salpicados,
con marcas de manos que manchaban con su paso.
Pero no son mis marcas,
no soy yo.
Al subir los escalones hay ropa,
todo parece una matanza,
lo supongo,
no lo recuerdo.
Acompañando a la ropa hay más gotas,
hay un bote abierto con pastillas danzando por el suelo.
Pero yo no he abierto ese bote,
esa no es mi sangre,
porque no soy yo.
Tropiezo con la cama,
no la había visto,
siempre me pasan estas cosas,
soy muy despistada.
Me resulta extraño,
mi cama está deshecha.
No recuerdo haberme tumbado.
Hay un cuerpo,
está pálido.
Tiene un tono morado,
tiene marcas de arañazos,
tiene roces de ¿Cuchillos?
Tiene el mismo arañazo que yo en la muñeca,
¿Se lo hicieron como a mí?,
tiene el mismo tono de piel que yo,
tiene los dedos igual de rotos que yo,
¿Se pilló los dedos con aquella puerta como yo?,
tiene las manos amoratadas, como yo,
pero no soy yo.
Porque ella está muerta,
Y yo...¿Estoy viva?
.
𝐺𝑎𝑡𝑎 𝑛𝑒𝑔𝑟𝑎🍃
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