Karma
- editorialciudadgen
- 4 ago 2019
- 1 Min. de lectura
Había que tener cojones para dejarla tirada.
Ella que iba a todo o nada.
El rojo de sus labios era cada vez más potente.
Lejos de llorar o sentir pena,
caminó.
Fue al lugar donde se conocieron.
Donde quedaron solos por primera vez.
Donde rieron.
Donde se perdieron.
Cogió los recuerdos que tenía con él,
los aplastó.
Y dedicó ese tiempo a ella.
A hacer suyos esos lugares.
Y escribió.
Joder si escribió.
Los poemas más desgarradores que he leído.
Porque bajo esa rabia,
ella le seguía queriendo.
Pero por encima de todo,
se quería a ella.
.
𝔊𝔞𝔱𝔞 𝔟𝔩𝔞𝔫𝔠𝔞👀
Comentarios