Acaricias, cercana
- editorialciudadgen
- 30 jul 2020
- 1 Min. de lectura
Una habitación de luces claras.
El olor de mi perfume de manzana,
el sonido de su felicidad.
Me pide que me acerque,
casi hipnotizada por su voz.
Cierro los ojos y me quedo callada.
Hay silencio entre las dos.
Suena una canción, no escuchamos.
Un martes 13.
Empieza con un tacto suave,
ligero y grácil como puntas en ballet.
Salvo que el suelo son mis párpados.
Hace movimientos más largos,
repartiendo talento en mí.
Y las dos estamos muy cerca.
Termina con los ojos
y sigue con la mirada.
Como si pudiera cambiar su furia.
Respiro, sintiéndome sin aire.
Repasa mis labios
y me doy el lujo de sonreír.
El pintalabios es pesado,
pesa en vida, en certeza.
Miro el espejo, sin mirarla a ella.
.
Gata blanca
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